martes, 24 de noviembre de 2009

INFORMACIÓN SOBRE LA SIDRA

Detalle exterior del Museo de la Sidra de Asturias. El Edificio se localiza en la villa de Nava y ocupa 200 0m2 que son utilizados para distintas actividades. Una de ellas es la de mostrar el mundo de la sidra.
Panorámica general de la recepción del Museo. En ella se ubica el mostrador de información, la tienda y un espacio central en el que los visitantes pueden ejercitarse en la técnica del escanciado.
Una manzana es el salvoconducto o ticket de entrada que permite al visitante reproducir los pasos para los que en un lagar o bodega se utilizan 12.000 kilos de manzana.
A través de un tonel, los visitantes acceden desde el área de recepcción al interior del espacio expositivo.
La visita se articula siguiendo el ciclo de la sidra, es decir, de primavera a primavera o de polinización a polinización.
La colmena en pleno trabajo y un taller de apicultor son el argumento que sirve para explicar el proceso de polinización de los manzanos de sidra.
En el otoño las distintas variedades de manzana que se utilizan para la elaboración de la sidra se recogen en distintos recipientes y se almacenan transitoriamente en los manzaneros de los lagares.
Una vez seleccionadas, las manzanas se trituran para facilitar un ulterior prensado.
Los pasos reales se sintetizan en un ingenio que utiliza como materia prima la manzana, ticket de entrada que el visitante ha recogido en la recepción del Museo.
A partir de una ilusión óptica, el visitante puede observar los distintos procesos que operan sobre el zumo de manzana hasta convertirse en sidra.
Distintos tipos de prensas sintetizan las técnicas de prensado ancestrales.
Al igual que en un lagar o bodega, conviviendo situaciones propias de los siglos XIX y XX, se muestran los distintos artilugios empleados para la manipulación de la sidra.
Los ambientes relaccionados con el mundo de la sidra se representan mediente la escenificación de un lagar o bodega donde la sidra duerme hasta el consumo.
El consumo de la sidra se realiza fundamentalmente en "chigres" o sidrerías. En el Museo se escenifica uno de esos rincones, utilizando argumentos representativos de la cotidianidad del consumo.
Los juegos tradicionales están íntimamente relaccionados con el consumo de sidra. En el Museo se reproduce una bolera tradicional y el juego de los bolos.
Una colección de botellas de sidra de todo el mundo sirve de nexo de unión entre las dos plantas del edificio

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